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sábado, 13 de noviembre de 2010

A un rey sin reino


¡ Ay, de aquellos tristes días
de lluvia tras la ventana
bajo el calor hogareño
del brasero y la mañana.

Cuando a través del visillo
del recuerdo y la esperanza
oyendo correr las gotas
por los cristales, soñaba...

en aquellos otros días
que meláncolicos pasan.
Lentamente, entre paseos,
bajo un sol de nostalgia.

Por parques de sombra y sueño
y alamedas de hojarasca
donde vierten mil suspiros
de llanto y misterio el alma.

Aún me veo, hoy en día,
como si el tiempo no andara,
de vez en cuando en silencio,
recorrer como un fantasma

las sendas que antaño hería
con el son de mi pisada.
¡ Ay, si el viento me quisiera
llevar a un mundo de magia

y en lugar de otoño hubiera
una primavera larga,
que no quiero ver mas hojas
desprenderse de las ramas

para ver como en la tierra
las deja olvido enterradas,
que siento como sentía
un no se qué que me embarga...

cuando pienso en estos días
que la pasión aletarga,
entre sombras de caricias
y platónicas miradas.

Y el amor se jura eterno.
Y la espera siempre es larga.
Y un beso, por Dios un beso,
lo era todo y no era nada.

¡ Ay, si mi nombre en el viento
su corazón me grabara,
en el mismo sitio qué
sus promesas escuchara.

Que aunque pasen veinte siglos
y otros veinte más pasaran
hasta el último momento
de mi vida yo la amara.

Aún recuerdo sus perfumes,
sus caricias, sus fragancias.
Aún me viene a la memoria
el brillo de su mirada.

Cuando el tren de mi desdicha
quiso, de mí, alejarla.
¡ Ay, Díos mío, como pude
dejar que se la llevara!

Cada vez que la recuerdo,
se me rompe en llanto el alma.
Mientras, nostálgicamente,
dejo caer una lágrima.




Pocas veces la materia no encuentra sitio en el alma.
Pocas veces encontramos en el mismo, siempre al amigo.
Pocas veces unos ojos brillan humildes con tan buen orgullo.
Pero es que al verte siempre esto veo al estar contigo.

Pocas veces un corazón roto, alegre, su pena canta.
Pocas veces un solitario elige al silencio por compañera.
Pocas veces unas pocas palabras nos dicen tanto.
Pero es que al verte llenas de luz todo el espacio.

Poca gente sabe de la vida sus entresijos.
Poca gente tiene, como tú, magia en las manos.
Pocos tienen el don de alegrar con tanto ingenio
al corazón triste, al aburrido y al amargado.

Pocas veces corre en las venas sangre de reyes.
Pocas veces se crea un recuerdo con cada paso.
Pocas veces alguien se ocupa de preocuparse
en no herir, causar molestia o en no hacer daño.

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